Un estudio impulsado por el Instituto Nacional de la Juventud (INJU) y realizado por el Banco Central del Uruguay (BCU) concluyó que en Uruguay hay unos 300.000 jóvenes -menores de 30 años- que están endeudados, de los cuales 132.000 (el 44%) tienen dificultades en su capacidad de pago.
Además de ese total de 300.000 jóvenes, el 99,6% presenta deudas relacionadas con la compra de bienes de consumo, 0,22% son deudas hipotecarias (678 menores de 30 años), en tanto que el 4,14% adquirió deudas para la compra de automóviles.
Partiendo de los datos señalados, el INJU lanzó una campaña sobre educación financiera denominada “¡Pin! Piques para manejar tu dinero”.
El director del INJU, Aparicio Saravia Padern, fue entrevistado en el programa En Perspectiva de Radiomundo, donde explica el trabajo conjunto de esa institución y el BCU, porque “el INJU, como instituto rector de las políticas de juventud tiene la obligación de tirar estos temas arriba de la mesa”.
Es la primera vez que se hace un estudio de estas características y entre las conclusiones más destacadas y que Saravia mencionó es que “en el entorno del 49% de los jóvenes mantiene algún tipo de deuda, de los que el 56% tiene un relacionamiento saludable con esa deuda, pero el 44% tiene algún nivel de dificultad a la hora del pago”.
Ese 44% comparado con de los adultos que también tiene alguna dificultad, “nos damos cuenta que el porcentaje es mucho más alto en jóvenes, y eso se debe a que los jóvenes tenemos menos empleo, más tasa de informalismo, menos ingreso y tenemos menos trayectoria de vida que le permitan acumular riqueza y generar solvencia a la hora de pagar nuestras cuentas, y por eso hay que hacer foco en la educación financiera para los jóvenes”.
Por otra parte, “la mayoría de las deudas se contraen a través de tarjetas de créditos o empresas crediticias”, y “las mujeres contraen mayor cantidad de deuda que los hombres”.
Adultos y jóvenes se parecen en que ambos contraen mayor cantidad de deudas en bienes de consumo, con algunas diferencias, como que “los jóvenes adquieren mayor deuda (que los adultos) para la compra de vehículos, lo cual en Uruguay no es un indicador negativo de por sí; y un poco menos (de deuda) con respecto a la vivienda”.
Estos datos “nos llevan a reflexionar” sobre la necesidad de “poner el énfasis en la educación financiera para los jóvenes en Uruguay, porque es una etapa importantísima en la vida de los individuos y porque los números muestran que los jóvenes tienen mayores dificultades a la hora de relacionarse con la deuda, y por eso en INJU planteamos acciones en concreto”, agregó.
Saravia valoró que promover la educación financiera es parte de las competencias que tiene el BCU, pero que “ahora hay un cambio de paradigma al incorporar la educación financiera en la transformación educativa”.
En 2023 la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el BCU firmaron un convenio que está en vías de implementación pero que tiene como limitante que llega a los que están en la educación, en tanto que el INJU plantea “algo complementario” porque la juventud incluye un abanico etario muy grande, desde los 14 a 29 años.
Contó que el BCU se comunicó con el INJU para preguntar cómo hacer para tener una mayor comunicación con los jóvenes, por lo que “tomamos el guante y comenzamos a trabajar este tema, preguntándoles a los jóvenes qué les parece la educación financiera”. A partir de ahí se buscó la forma de llegar a la juventud surgiendo el nombre “Pin, que es muy sencillo y atractivo en referencia a los nuevos métodos de compra, ya no es la moneda ni la alcancía sino el pin. Y el complemento ‘piques para manejar tu dinero’ busca un mensaje más llano y juvenil”.
Esta campaña presenta 3 líneas de acción. La primera ya está disponible en la plataforma web que resume una serie de respuestas y servicios del Estado con respecto a la educación financiera, y que si se googlea Pin! Piques para manejar tu dinero enseguida aparece y ofrece esos piques que es algo muy sencillo y sirve para todos”.
La segunda línea es la comunicación en redes sociales con acciones de comunicación que sensibilicen sobre la importancia de incorporar hábitos de educación financiera.
Y la tercera línea que se ejecutará en el segundo semestre de 2024 son 200 talleres que serán en todo el país y llevarán a tierra toda la información.
Nació en Aires Puros.
Tiene tres hermanos menores, que son trillizos, dos varones y una mujer.
Está casado con Laura, tiene tres hijas y dos nietos de 5 y 2 años.
Concurrió a la escuela Estado de Israel, al Liceo 21 y al Liceo Rodó.
Fue boy scout desde los 11 años en el barrio Casavalle.
Trabajó como relojero desde los 16, mientras terminaba preparatorios y empezaba Facultad de Derecho. Atendió el quiosco que tenía su padre en el barrio Reducto, y más tarde dio clases de conducir.
A los 18 años se fue a vivir al barrio Municipal Instrucciones, a un predio de los Scouts, desde donde realizaban diferentes acciones de servicio social.
Comenzó su militancia política previo al plebiscito de 1980. Estudió Derecho y tuvo una activa actuación en la militancia gremial, siendo fundador, delegado y ejecutivo de la ASCEEP, y en ella fundador de la CGU.
Desde el Partido Nacional, fue fundador de la Secretaría de Asuntos Sociales (SAS)
En febrero de 1985, fue electo Director del Partido Nacional por la SAS, en el Directorio que presidió Wilson.
Desde ese año, fue el primer Secretario General de la Juventud de Por la Patria y diputado suplente por la Lista W.
Fundador y primer Director del INJU, y Director Nacional de Correos.
Accedió al Senado por Propuesta Nacional en 1994. Desde 2004 ejerce ininterrumpidamente la actividad parlamentaria, primero como diputado y luego como senador, habiendo apoyado las candidaturas de Jorge Larrañaga.
Hoy se ha propuesto recrear una corriente wilsonista, el Movimiento Nacional Por La Patria, con el objetivo de ensanchar la base del Partido, para ayudarlo a ganar y continuar con los cambios. Dispuesto a asumir los desafíos necesarios.