El 15 de noviembre el exsenador Carlos Julio Pereyra hubiera cumplido 101 años. Nacido el 15 de noviembre de 1922 en el departamento de Rocha, comenzó su actividad política como edil en 1951 convirtiéndose en un referente de la política nacional hasta el día de su fallecimiento, el 9 de febrero de 2020.
Al reunirse el Plenario de la Cámara de Representantes el pasado día 15, el Diputado Álvaro Viviano del Movimiento Nacional Por La Patria hizo uso de la media hora previa para referirse al quien definió como “uno de los grandes referentes de la democracia uruguaya, uno de los faros y más relevante dirigente del Partido Nacional de los últimos 50 o 60 años”.
Carlos Julio Pereyra fue maestro y profesor; en 1964 contribuyo a fundar el Movimiento Nacional de Rocha (MNR) con Javier Barrios Amorín (1899-1964), para luego transformarse él en el heredero natural de esa bandera política dentro del Partido Nacional en 1966.
“En 1971 compartió la fórmula con Wilson Ferreira y en 1973 integró el Triunvirato, o sea la conducción del Partido Nacional en la clandestinidad, siendo uno de los opositores notorios de la dictadura uruguaya”, afirmó Viviano.
Su recuerdo “hace bien” y es bueno “anclar un poquito en el pasado para traer al presente la predica, la lucha y el ejemplo de cada una de estas personas que seguramente las hay en todos los partidos políticos, porque sirven para dimensionar el día de hoy pero sobre todo revalorizar una y otra vez lo que implica tener la democracia y lo que cuesta recuperarla”.
Pereyra fue autor de varios libros: “En defensa de la nación”, en 1986; “La encrucijada nacional”, en 1989; “Javier Barrios Amorin: pensamiento y acción en la democracia”, en 1983; “Soy testigo”, 2006; y “Wilson. Las cartas del exilio”, en 2013.
Viviano mencionó en su exposición algunos de ellos, como “’Soy testigo’ que hace referencia a su visión y vivencia de una de las etapas más duras y prolongadas del oscurantismo que le tocó vivir, y particularmente ‘Wilson. Las cartas del exilio’, una recopilación de artículos y de cartas que también fue un símbolo de la resistencia de Wilson Ferreira y muchos otros ciudadanos que peleaban fuera del país por la recuperación de la democracia”.
“Es bueno, en algunas fechas, reivindicar y recordar a los que de algún modo son parte de nuestra historia y han sido grandes luchadores de la democracia, particularmente en esta casa”, agregó en referencia al Parlamento.
Nació en Aires Puros.
Tiene tres hermanos menores, que son trillizos, dos varones y una mujer.
Está casado con Laura, tiene tres hijas y dos nietos de 5 y 2 años.
Concurrió a la escuela Estado de Israel, al Liceo 21 y al Liceo Rodó.
Fue boy scout desde los 11 años en el barrio Casavalle.
Trabajó como relojero desde los 16, mientras terminaba preparatorios y empezaba Facultad de Derecho. Atendió el quiosco que tenía su padre en el barrio Reducto, y más tarde dio clases de conducir.
A los 18 años se fue a vivir al barrio Municipal Instrucciones, a un predio de los Scouts, desde donde realizaban diferentes acciones de servicio social.
Comenzó su militancia política previo al plebiscito de 1980. Estudió Derecho y tuvo una activa actuación en la militancia gremial, siendo fundador, delegado y ejecutivo de la ASCEEP, y en ella fundador de la CGU.
Desde el Partido Nacional, fue fundador de la Secretaría de Asuntos Sociales (SAS)
En febrero de 1985, fue electo Director del Partido Nacional por la SAS, en el Directorio que presidió Wilson.
Desde ese año, fue el primer Secretario General de la Juventud de Por la Patria y diputado suplente por la Lista W.
Fundador y primer Director del INJU, y Director Nacional de Correos.
Accedió al Senado por Propuesta Nacional en 1994. Desde 2004 ejerce ininterrumpidamente la actividad parlamentaria, primero como diputado y luego como senador, habiendo apoyado las candidaturas de Jorge Larrañaga.
Hoy se ha propuesto recrear una corriente wilsonista, el Movimiento Nacional Por La Patria, con el objetivo de ensanchar la base del Partido, para ayudarlo a ganar y continuar con los cambios. Dispuesto a asumir los desafíos necesarios.